Un Festín Sagital es una de las bandas más intensas y originales del rock experimental surgido en Chile en los últimos años. Si bien no son particularmente conocidos (digamos, comparado con bandas relativamente similares como Föllakzoid o Akinetón Retard), sí han conseguido un interesante apoyo fuera del país, logrando ser editados por sellos de música divergente, como Beta-Lactam Ring Records y Black Horizons. Incluso veteranos de la experimentación como Edward Ka-Spel (Legendary Pink Dots) y Aranos (Nurse With Wound) han colaborado con la banda.
Surgidos en la camada experimental que azotó Santiago a comienzos del 2000 -los inicios de la Productora Mutante y los legendarios ciclos F. O . B . I . A.-, Un Festín Sagital ya ha pasado diez años entregando una inagotable producción sonora, en discos como “Kosmodynamos”, “Bestias Solares”, “Sic Deus Dilexit Mundum” y “Epitafio a la Permanencia”, a los que se suma este “Moesta et Errabunda”, su primer EP, y que es un concentrado de intensidad sonora que no deja a nadie indiferente.
"Moesta et Errabunda" es una colaboración de la banda con el canadiense James Hamilton (ex-Preterite, entre una decena de proyectos más) y el misterioso e incógnito proyecto avant-noise Armchair Migraine Journey (sólo se sabe que es un alemán radicado en USA). La edición física editada por Beta-Lactam Ring Records, es en el inusitado formato de disco hibrido, que por un lado es un cedé de 20 minutos, y por el otro, un vinilo de 3 minutos.
El disco comienza seguro y oscuro con "Deimos II", un tétrico viaje de ocho minutos (Deimos de hecho significa miedo en griego), en donde la electrónica prog-industrial se rodea de un órgano, piano y una eventual guitarra distorsionada, todo compuesto con fina precisión. La progresión armónica es un verdadero placer demoniaco. La música “sagital”, si bien es extraña, ruidosa y disonante, no cae en el cliché de la vanguardia abstracta, sino que por el contrario, los desmadres sónicos siempre tienen un tinte visceral más que intelectual.
Esta rupturista intensidad emocional, se colorea con la segunda parte del EP. En el tema “Éxtasis”, el cruce de ruidos-disonancia-armonía, llega a un clímax emocional, intensificado por el cruce de flauta traversa (Constanza Lagos) y mellotron (James Hamilton). En el siguiente -y último- tema, la dulzura es transgredida por una actitud más primitiva y ruidosa, como un rudo "volver a tierra". Este tema, llamado "Acéfalo II", trae indudables remembranzas de Throbbing Gristle y Coil, pero llevados a un plano más de ruido duro (Merzbow), que, sin embargo, contrasta con la sutileza acústica del kemece o violín turco de James Hamilton, que se enfrenta melódicamente al mar de acoples y distorsiones que se intensifican a la medida que la canción continúa su curso. Un explosivo final, para un EP corto pero conciso, donde la policromía no implica un pegoteo forzado, sino un camino fluido, que se escapa constantemente del fetichismo estético.
Un Festín Sagital es una banda que merece más atención de la que tiene, pues posee los elementos necesarios para considerarse un proyecto relevante de la experimentación musical en Chile. Sus discos se desmarcan de cualquier encasillamiento, y no por ser experimentales carecen de un sonido que denota trabajo y dedicación. Básicamente logran mostrar seriedad y profundidad, sin perder espontaneidad y riesgo. Información en www.unfestinsagital.com y www.blrrecords.com
—Pablo Valdivia (Rockaxis)
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